ADVERTENCIA

Si vas a leer ésto, acompañalo con la música que tenés más abajo.
De nada.

El Diablo soy yo.
Todo lo bueno y todo lo malo.
La posibilidad de amar a cualquiera y de odiarlos a todos.
Porque en realidad, mi amor, no es que haya dejado de amarte a vos. No es que no me gustes. En realidad no tiene nada que ver con vos. Soy yo.
Soy mi padre. Soy todo lo que pensé que nunca sería. Soy todo lo que siempre odié en los demás. Todos mis juicios morales se volvieron contra mí.
Soy.
Soy el Diablo que todos llevamos dentro, y me divierto, aunque te lastime, es que no puedo evitarlo.
Soy.
Lo que nunca me hubiera imaginado que sería, pero me encanta.
El Diablo, soy yo
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Me río.
Encontré una foto tuya en la que me estás mirando.
Es tan extraño tener el tiempo detenido en ese preciso momento en que tus ojos se llenaban de mí, y tu sonrisa, blanca, gigante, terrible, era mía y solo mía. Es un poco como ser dios.
A veces creo que conseguir una sonrisa tuya es como ser dios, y no un diablo, como yo.
Me río yo también.
La dulzura de tu cara mirándome me duele en el pecho. Específicamente en el medio del pecho, ese preciso lugar que se levanta un poquito cuando respiro acostada, y vos no estás en mi cama.
Porque vos nunca estás en mi cama.
Me río, no me importa nada.
Vos estás en cualquier lugar, con tu música y tu sonrisa, pero yo te tengo acá, en mi mano, en ésta foto.
Te tengo, tengo tu mirada congelada, registrada, disponible para cuando quiera mirarla o esconderla.
Te tengo, chiquita, y no me importa nada.
Vos quedate con mis pensamientos, con las ganas de mentirle a todos, especialmente a los que me aman, con las noches en que no pude dormir.
Yo tengo tu mirada brillante, conmovida, con pequeñas gotitas de lluvia, y tu sonrisa. Es mi prueba, mi caso entero.
No importa lo que le digas a todos y a todas, yo tengo la foto que prueba que ese día (que vos sabés), a esa hora (que también sabés), me estabas amando a mí.-
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Yo te escucho tocar y mi corazón late al mismo ritmo que tus manos se mueven, y no puedo dejar de pensar, tocame a mi, tocame a mi, algún dia, por favor, tocame a mí.
Pero hay un mundo entre vos y yo, no solo un mundo de cosas, más bien un universo super poblado.
Construimos barreras y paredes y etiquetas y marcas que nos separan y vos y yo tenemos tantas en el medio que ya no nos podemos ver.
No sé donde estás hoy pero cuando te pienso te traigo para acá y en este lugar hago que todo sea posible.
Me parece que algún día que nos vimos te até una bandita elástica al tobillo, para poder traerte cuando quiero.
Y vos lo sabés, yo sé que lo sabés, por eso me mirás así tan triste cuando nos vemos, y hacés ruido y movés tus manos y plantás esa sonrisa preciosa en tu cara pero tus ojos no se ríen.
Y vos y yo nos vamos a dormir con otras personas que nos somos vos y yo, pero igual tenés mi corazón atado a tu tobillo, y yo tengo tus ojos pegados a los míos.
Gracias a mi gomita, y un poco también gracias a vos, gracias por dejarte venir. Una vez más